Por Fausto Triana
East Rutherford, EE.UU., 27 jun (PL) Chapeau Chile, flamante campeón de la Copa América Centenario de Fútbol, otra vez frente al glamoroso equipo de Argentina con Lionel Messi y con lotería de penales.
Como dicen los franceses, quitarse el sombrero para hacer honor a los grandes. Sacó la casta de los que salen a darlo todo en la cancha con una escuela que ya aprendió a triunfar en los niveles más altos del balompié.
«Son dos equipos que se respetan mucho pero que salen a jugar, a buscar el gol y despliegan todas sus fuerzas en pos del triunfo. Estoy muy feliz por el grupo y por mi país», declaró a la prensa el arquero y capitán de la Roja, Claudio Bravo.
Guante de oro del torneo y héroe indiscutible de los chilenos en el duelo contra Argentina, admitió que el plantel no tuvo un buen comienzo de competición y se necesitaron ajustes además de conocerse más con el entrenador Juan Antonio Pizzi.
Pizzi, quien apenas lleva cuatro meses al frente de Chile, estuvo en capilla ardiente por una serie de fracasos iniciales, incluido el revés en la fase de grupo con los propios argentinos, y antes con México y Jamaica en amistoso.
Bravo, guardameta del Barcelona, tuvo asimismo palabras de aliento para Messi y Javier Mascherano, sus compañeros en el cuadro azulgrana. «Les dije a Leo y Masche que hicieron un gran torneo y hay que seguir adelante», anotó.
De todos modos tanto Bravo como el fogoso mediocampista Arturo Vidal (el Rey Arturo) subrayaron que la amistad queda a un lado cuando se trata de un partido decisivo en el que se defiende la camiseta de un país.
«Esto es fútbol y hay jugarlo a plenitud. Yo mismo fallé un penal y recibí el aliento de mis compañeros, aunque tenía en que lograríamos la victoria», comentó Vidal.
Eduardo Vargas, Botín de Oro de la cita continental por segundo año consecutivo, resaltó el espíritu colectivo y el deseo de todo el seleccionado chileno por darle una alegría tan inmensa al país austral.
En 100 años de existencia de la Copa América, nuestra generación le ha dado por primera ocasión a Chile dos títulos, por lo que me siento muy orgulloso, apuntó Vargas, quien en medio del certamen recibió una mala noticia familiar.
A su madre le dio un infarto en el miocardio en Chile, pero tras recuperarse pidió a su hijo seguir en la justa. Por supuesto que ella fue mi gran inspiración, acotó Edu Vargas.
Alexis Sánchez, el Niño Maravilla, recibió el Balón de Oro de la Copa América Centenario, un honor para un jugador que fue una pesadilla para los rivales en los partidos e hizo alarde de extraordinaria capacidad física.
Exultante como el resto del elenco, admitió sin embargo que le dio mucho pesar tener que abandonar la cancha en el tiempo suplementario como consecuencia de dos lesiones recibidas durante el choque con Argentina.
«Nuestra satisfacción es enorme, porque específicamente en este torneo hemos demostrado que distintos jugadores son capaces de suplir a otros con eficacia. Lo importante es lo que logramos para Chile», recalcó Sánchez.